Se agudizará crisis alimentaria por cambio climático
Internacional - Miércoles 23 de abril
(Foto: EFE) |
- RUSI vaticina que no habrá paz y estabilidad en países incapaces de sobrevivir al impacto
- Al menos 30 naciones ya sufren los estragos por el alza en precios de alimentos, dice BM
El Financiero en línea
Montreal, 23 de abril.- El cambio climático, derivado de la deforestación y los monocultivos extensivos, agravará lo que ya se califica de crisis alimentaria, una problemática global que puede provocar guerras, indicó el Royal United Services Institute (RUSI).
El RUSI, instituto del Reino Unido, vaticinó que no habrá paz y estabilidad en países incapaces de sobrevivir al impacto del cambio climático por falta de agua y de alimentos.
El instituto del Reino Unido, que se ocupa de asuntos militares y de defensa, da seguimiento al informe sobre el cambio climático que Lord Stern, ex economista jefe del Banco Mundial (BM), efectuó en noviembre de 2006 para el gobierno de Londres.
La importancia del abastecimiento mundial de alimentos de base -cereales, oleaginosas y leguminosas- se revela en la actualidad con las fuertes alzas en sus precios, lo que ha llevado a una grave crisis alimentaria en más de 30 países, según el Banco Mundial.
Con una demanda creciente para este tipo de alimentos, es previsible según expertos en Europa, Canadá y Estados Unidos, que los precios seguirán elevados y aumentarán las presiones para extender cultivos en áreas no necesariamente aptas y ecológicamente vulnerables.
La demanda de maíz, aceite de palma, soya y otros vegetales para la producción de agrocombustibles no sólo incide en las alzas de precios sino en la ampliación de las áreas de monocultivo que desarticulan las producciones locales, más sustentables ambientalmente y relacionadas con las demandas regionales.
Para el doctor Miguel A. Altieri de la Universidad de California, en Berkeley, son insostenibles las presiones actuales -producir alimentos y agrocombustibles- que impone la economía global sobre la agricultura mundial. La crisis actual que amenaza la seguridad alimentaria de millones de personas, dice Altieri, es el resultado directo del modelo industrial de agricultura intensiva y que es llevado continuamente "más allá de sus límites".
Este modelo no sólo es peligrosamente dependiente de hidrocarburos, sino que se ha transformado en la mayor fuerza modificante de la biosfera, al contribuir con un tercio de las emisiones globales de gases a efecto invernadero (GEI) que provocan el cambio climático.
Y al elevar las temperaturas globales el cambio climático modifica los regímenes de lluvia, agravando las sequías en algunas regiones semi áridas de importancia para la agricultura, como en Australia, o aumentando la frecuencia de los eventos atmosféricos extremos.
Algunas regiones sufrirán sequías más prolongadas, otras se desertificarán y muchas quedarán sujetas a cambios extremos de temperaturas, a precipitaciones que provocan inundaciones y arruinan las cosechas.
La "retroalimentación" entre agricultura y cambio climático es vital y necesita, según expertos de ambos campos, de acciones decisivas. Para frenar el cambio climático, según el RUSI, hay que multiplicar por diez -para llegar simplemente al costo del programa espacial Apollo- el gasto para investigar nuevos combustibles y formas de energía.
Nick Mabey, autor del informe de RUSI y ex funcionario de la Unidad de Estrategia del primer ministro británico, apunta que en el programa Apollo de invierten unos 20 mil millones de dólares anuales, y sólo una décima parte en la investigación sobre el cambio climático.
A su vez, como propone el doctor Altieri, la agricultura está frente al reto de transformarse para no depender del petróleo y ser ecológicamente sustentable y socialmente justa. La escala y urgencia del desafío que la humanidad enfrenta es sin precedentes y lo que se necesita hacer es ambiental, social y políticamente posible, según Altieri.
Para Mabey no hay alternativas porque si no se frena el cambio climático antes de que se pasen ciertos umbrales ambientales críticos, entonces nacerán los motivos para conflictos entre Estados y dentro de los Estados. "Los impactos climáticos nos forzarán a repensar de manera radical sobre cómo identificamos y aseguramos nuestros intereses nacionales", apuntó el informe de RUSI que fue entregado esta semana al gobierno británico.
Una de las cosas que hay que "repensar", según expertos y políticos en todo el mundo, son las políticas de apoyo y subsidio a la producción de agrocombustibles, como señalan diarios como The Independent de Londres, y el Globe and Mail y el Star de Toronto.
La producción de esos agrocombustibles causa estragos ecológicos -como es el caso en Oceanía con los cultivos de palmeras para el aceite de palma-, desviando recursos alimentarios como el maíz y desplazando -en el caso de la soya- a cultivos como el trigo y otros granos.
Por otra parte una investigación de la Universidad de Minnesota demostró, en febrero pasado, que cultivar para agrocombustibles en regiones deforestadas de zonas húmedas "produce 420 veces más de bióxido de carbono que el que salva" cuando son usados en los autos. (Con información de EFE/MVC)
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AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
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