miércoles, 11 de junio de 2008

Los nevados colombianos están desapareciendo por el calentamiento global

Los nevados colombianos están desapareciendo por el calentamiento global


Las cumbres de los nevados de Colombia se están acabando a causa del calentamiento global, que ya arrasó con ocho de ellos a mediados del siglo pasado, según un informe publicado hoy por la prensa local.


Uno de los casos más graves es el del volcán Nevado del Ruiz, situado en el oeste del país, que en 1850 tenía 47 kilómetros cuadrados de glaciar y al
Los nevados colombianos están desapareciendo por
Uno de los casos más graves es el del volcán Nevado del Ruiz, situado en el oeste del país, que en 1850 tenía 47 kilómetros cuadrados de glaciar y al que le quedan menos de 10 kilómetros cuadrados, por lo que la nieve podría desaparecer en veinte años.

El Ruiz tuvo una gran erupción en 1985 que desencadenó avalanchas por los ríos que nacen en sus laderas y sepultó la ciudad de Armero con sus 23.000 habitantes, que murieron bajo toneladas de lodo y piedras.

Esa erupción destruyó el mismo día 1,7 kilómetros cuadrados de capa de hielo, quedando unos 17 kilómetros cuadrados de los que ahora restan aproximadamente 8 kilómetros.

Según expertos consultados por el diario El Tiempo, los nevados del Ruiz, Santa Isabel y del Tolima son los que más muestran los efectos del calentamiento global.

Los estudiosos advirtieron de que la pérdida de hielo en esas cumbres con altitudes cercanas a los 5.000 metros sobre el nivel del mar, supone problemas para el abastecimiento de agua, ya que los pueblos de los contornos y los agricultores se surten de esas fuentes.

Entretanto, el Nevado de Santa Isabel, que en 1850 tenía 27 kilómetros cuadrados, hoy solo posee 2,59 kilómetros cuadrados de nieve.

El volcán nevado del Tolima, situado en el departamento del Tolima, solo conserva 0,8 kilómetros cuadrados de hielo de los 8 kilómetros cuadrados de área nevada original.

Los nevados colombianos que desaparecieron fueron el volcán-nevado Puracé en 1940, el Galeras y el Sotará en 1948, el Chiles en 1950, el Pan de Azúcar, el Quindío y El Cisne en 1960, y el Cumbal en 1985.



Terra Actualidad - EFE

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AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
http://www.nutriologiaortomolecular.org/
http://www.seattlees.com/

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CAMBIO CLIMÁTICO

CAMBIO CLIMÁTICO

Se llama cambio climático a la modificación del clima con respecto al historial climático a una escala global o regional. Tales cambios se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros climáticos: temperatura, precipitaciones, nubosidad, etcétera. Son debidos tanto a causas naturales (Crowley & North 1988) como antropogénicas (Oreskes 2004).

El término suele usarse, de forma poco apropiada, para hacer referencia tan sólo a los cambios climáticos que suceden en el presente, utilizándolo como sinónimo de calentamiento global. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático usa el término cambio climático sólo para referirse al cambio por causas humanas:

Por "cambio climático" se entiende un cambio de clima atribuido directa o

indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se

suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables
Artículo 1, párrafo 2

Como se produce constantemente por causas naturales se lo denomina también variabilidad natural del clima. En algunos casos, para referirse al cambio de origen humano se usa también la expresión cambio climático antropogénico.

Además del calentamiento global, el cambio climático implica cambios en otras variables como las lluvias globales y sus patrones, la cobertura de nubes y todos los demás elementos del sistema atmosférico. La complejidad del problema y sus múltiples interacciones hacen que la única manera de evaluar estos cambios sea mediante el uso de modelos computacionales que simulan la física de la atmósfera y de los océanos. La naturaleza caótica de estos modelos hace que en sí tengan una alta proporción de incertidumbre (Stainforth et al. 2005)(Roe & Baker 2007), aunque eso no es óbice para que sean capaces de prever cambios significativos futuros (Schnellhuber 2008)(Knutti & Hegerl 2008) que tengan consecuencias tanto económicas (Stern 2008) como las ya observables a nivel biológico (Walther et al. 2002)(Hughes 2001).

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