domingo, 25 de noviembre de 2007

Crece la acumulación de gases que producen el calentamiento global

Un informe de la ONU revela que la presencia en la atmósfera de dióxido de carbono, el principal gas producido por la actividad humana, llegó a sus niveles más altos y aceleró el efecto invernadero. El dato se conoce a pocos días de un nuevo aniversario del Protocolo de Kyoto, por el cual más de 170 países se comprometieron a detener este proceso.

Un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), perteneciente a la ONU, revela que la presencia en la atmósfera de dióxido de carbono, el principal gas que causa el efecto invernadero, llegó a sus niveles más altos en 2006 y aceleró el calentamiento global.

"En 2006, las medias mundiales de concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera alcanzaron los niveles más altos que se habían registrado hasta ahora", revela el último Boletín de Gases de Efecto Invernadero publicado por el organismo.

El dióxido de carbono es el gas que más produce la actividad humana y al que el Panel Internacional del Clima de la ONU culpa de fomentar el calentamiento.

La agencia de la ONU dijo que los niveles crecieron un 0,53% desde 2005 y llegaron hasta 381,2 partes por millón en la atmósfera, un 36% por encima de los niveles previos a la Revolución Industrial en el siglo XVIII.

El informe agrega que las concentraciones de metano, el segundo mayor gas que retiene el calor -producido por la explotación de combustibles fósiles, basurales y animales rumiantes de granja- cayó un 0,06%, y aún así está un 155% por encima de los niveles preindustriales.

En tanto, los niveles de óxido nitroso, el tercer gas de efecto invernadero que se produce en la quema de combustibles y procesos industriales, también alcanzó un nivel récord, con un incremento del 0,25% en 2006, lo que supone 320 partes por mil millones, un 19% sobre los niveles preindustriales.

El boletín se conoce poco antes del aniversario del Protocolo de Kyoto, que fue firmado el 11 de diciembre de 1997, cuando los gobiernos acordaron reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y fue suscripto por más de 179 países.

El 13 y 14 de diciembre próximo, más de 190 países se reunirán en la isla indonesa de Bali para intentar lanzar un proceso de negociación de dos años para un nuevo tratado mundial que suceda al Protocolo de Kyoto, el principal plan de la ONU contra el calentamiento climático.

(Fuente: Télam y DPA)

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CAMBIO CLIMÁTICO

CAMBIO CLIMÁTICO

Se llama cambio climático a la modificación del clima con respecto al historial climático a una escala global o regional. Tales cambios se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros climáticos: temperatura, precipitaciones, nubosidad, etcétera. Son debidos tanto a causas naturales (Crowley & North 1988) como antropogénicas (Oreskes 2004).

El término suele usarse, de forma poco apropiada, para hacer referencia tan sólo a los cambios climáticos que suceden en el presente, utilizándolo como sinónimo de calentamiento global. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático usa el término cambio climático sólo para referirse al cambio por causas humanas:

Por "cambio climático" se entiende un cambio de clima atribuido directa o

indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se

suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables
Artículo 1, párrafo 2

Como se produce constantemente por causas naturales se lo denomina también variabilidad natural del clima. En algunos casos, para referirse al cambio de origen humano se usa también la expresión cambio climático antropogénico.

Además del calentamiento global, el cambio climático implica cambios en otras variables como las lluvias globales y sus patrones, la cobertura de nubes y todos los demás elementos del sistema atmosférico. La complejidad del problema y sus múltiples interacciones hacen que la única manera de evaluar estos cambios sea mediante el uso de modelos computacionales que simulan la física de la atmósfera y de los océanos. La naturaleza caótica de estos modelos hace que en sí tengan una alta proporción de incertidumbre (Stainforth et al. 2005)(Roe & Baker 2007), aunque eso no es óbice para que sean capaces de prever cambios significativos futuros (Schnellhuber 2008)(Knutti & Hegerl 2008) que tengan consecuencias tanto económicas (Stern 2008) como las ya observables a nivel biológico (Walther et al. 2002)(Hughes 2001).

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